Nuevo día (libre) :)

Un rayo de luz impactó en su cara, se removió entre las mantas, se incorporó ¿Dónde estaba? se había despertado en una habitación de colores hermosos y calurosos, el rojo, un color que atraía demasiado su atención. Se acercó lentamente a la ventana, acarició el alfeizar mientras admiraba el helado paisaje, un ágila se posó cerca y la miró desde diferentes águlos moviendo la cabeza en posiciones imposibles.

- Qué bonita eres- dijo mientras la acariciaba, un torbellino de imágenes sobrevoló su memoria, una diminuta lagríma descendió por su mejilla- estoy tan sola...- el ágila la miró a los ojos, comenzó a chispear gotas de agua- no te quedes fuera, ven, hoy podré ser tu amiga- dijo tristemente mientras se enjuagaba la lágrima, el ágila obediente se posó en su hombro procurando no hacer daño- ¿Tú crees que Athrun volverá? tú le viste, estaba solo, me mostró el camino, el acertijo... necesito ayudarle- se sentó pesadamente en la cama- ¿Qué debo hacer?

-Si tus pensamientos se encuentran en las manos de esa persona...quizas lo mas acertado seria ir a por el...no crees?-
Detras de Aleanor una chica cubierta por un brillante manto blanco la observaba desde un rincon de la habitacion, esa chica parecia emitir un calido brillo. Al escuchar su voz, el aguila dió unos breves aleteos y se posó en el brazo la mujer misteriosa.

-Por que estas aqui tan sola y triste?...este no es lugar para ti pequeña Aleanor.- Habló con suavidad la misteriosa joven mientras miraba a la pequeña con unos ojos llenos de paz y calidez.

Sentada desde la cama ya no estaba tan triste al observar a aquella mujer.

- Si este no es mi lugar ¿Cual será?- miró a sus pequeñas manitas- estoy triste porque todos se alejan y no regresan, triste porque he visto la pena en sus ojos y no quiero que llore más- alzó la vista- pero no puedo ayudarle, he prometido esperar, pero si espero él sufrirá más- sáltó de la cama- ¡van a ir a por él! le van a matar- caminó hacia la bentana y miró por ella- pero no seré capaz de ayudarle, yo no se hacer milagros- suspiró apenada, todavía llovía

La chica caminó hacia Aleanor y posó una mano sobre la cabeza de la niña haciendole una suave caricia en el cabello mientras su mirada se perdia por igual en el cielo plomizo afuera.

-Pequeña...no pienses tanto las cosas...se te ha dado una vida nueva, es hora de que tomes las riendas de ella y hagas lo que tu corazon te dicte, estoy segura que ese joven volverá...como tambien es cierto que hay cierto peligro a su alrededor, yo tambien puedo sentirlo en mi pecho.- Llevó la mano libre a su pecho y cerró los ojos un momento.

-Si te preocupa...ve a por él en vez de esperar su regreso, no necesitas milagros para ayudarle...tu tienes algo más, tienes la fuerza interna para hacerlo...lucha si tienes que hacerlo y descubriras quien eres, tu existencia tiene un significado muy importante en el futuro por venir.-

-Ademas estoy segura de que se alegrara de ver que deseas encontrarlo y protegerlo...eres una existencia pura, no tengas miedo de luchar por lo que crees...haslo así y el camino se abrirá solo frente a ti...si lo deseas, puedo acompañarte...pero no podrá ser por demasiado tiempo, mi tiempo aquí es corto...-

Se sentía bien, le gustaba que le tocasen el pelo, era relajante, escuchó atentamente las palabras de aquella mujer. Durante un rato pensó en silencio.

- Sabes, el acertijo significa fuego, aquel ángel que perecía tan aterrador me mostró el camino, tengo que ayudarle, siento que ese es el camino para conocer mi verdad- se giró y abrazó a aquella extraña mujer- no dejaré que desperdicies tu tiempo ayudándome, eres muy buena, con tu sonrisa me basta para sentirme acompañada, puedo notar con tu cercanía que no eres de este mundo, porque tienes paz en tus gestos- todabía abrazándola alzó la cabeza mirando hacia arriba, admirando la paz de aquella mujer- buscaré el fuego, pero no dejaré que te sacrifiques por mi mundano cuerpo

-No hay tal cosa como sacrificio para aquellos que hemos nacido para proteger una existencia pura...- La mujer sonrió con ternura al escuchar las tiernas y decididas palabras de Aleanor, la mano que acariciaba su cabello se dirigió a su rostro, repasando sin temor las cicatrices que marcaban el rostro de la pequeña, dejando un aura de energia calida por donde la mano se posaba.

-Veo que lo entiendes...busca el camino del fuego, aquellas llamas que provocan temor serán el motor que impulse tu existencia...ten, lleva esto contigo...hace frio afuera...-

La mujer se quitó el manto brillante y se lo colocó a Aleanor, sin duda le quedaba bien...posiblemente estuviese destinado a ser utilizado por ella.

-Ahora vé...hay alguien esperando por ti allá afuera...y recuerda, tu no estas sola, nosotros estamos aquí para protegerte- La chica sonrió una vez más y el aguila extendió sus alas para salir volando por la ventana...y en la misma accion, la mujer desapareció dejando aquel regalo para la pequeña.

Se giró observando los movimientos del ágila, saonrió cálidamente

-Gracias- susurró

Acarició con ternura el manto que la mujer le había regalado, tan hermoso y lleno de paz como su antigua dueña, pensando supo que la volvería a ver, pero entonces, ella habría conseguido se más fuerte que antes.

Dio tres pequeños toques antes de entrar en la habitación, portaba en la mano una bandeja con un desayuno de lo que podía haber encontrado en la helada cocina...que era bien poco...Al entrar sonrió, estaba despierta y miraba por la ventana ausentemente.

- Hola...-procuró no asustarla con su tono de voz- te traigo algo de...desayuno- miró la bandeja, agua y un trozo de pan que había descongelado y que estaba caliente por el momento- yo soy Andrev- dijo mientras posaba la bandeja en una mesita de la esquina

Se giró al escuchar la voz de alguien a sus espaldas, era un chico de su estatura, le miró y sonrió alegremente, se acercó.

- Gracias- dijo mientras miraba aquel desayuno- pero no lo aceptaré si tú no te comes la mitad de ese pan tostado que parece tan apetitoso- le dijo mientras partía el pan en dos- Andrev, fuiste tú el que me trajo aquí, gracias- sonrió alegremente mientras se comía un trozo del pan- está riquísimo- anunció tan alegre como siempre había sido

Sorprendido por la imposición de aquella chica cogió el trozo de pan y se lo comió lentamente, ciertamente tenía mucha hambre.

-Gracias- dijo finalmente cuando ya se lo había terminado- te vas ¿verdad?- dijo mientras la miraba a los ojos

Que extraños eran aquellos ojos, tan amarillos, tan felinos, sin embargo, era demasiado dulce para ser una bestia, más bien parecía un ángel enterrado en un cuerpo humano.

- Si te vas, yo te ayudaré, te acompañaré en tu camino, este castillo helado ha sido mi tumba durante demasiado tiempo y ha logrado que le tenga tirria a este lugar- dijo ausentemente- espera, se me olvidaba, toma- dijo mientras sacaba unos libros de una bolsa negra- esto es tuyo- los puso encima de la mesa

Se sorprendió por las palabras de Andrev, y lo agradecería eternamente

- Gracias- se sobresaltó- perdón, que mal, se me olvidó presentarme, yo soy Aleanor, encantadísima- sonrió afectuosamente mientras cogía el diccionario y se lo terminaba de leer- Andrev ¿tienes papel y pluma? tengo que escribir una carta- dijo alzando la vista- he de despedirme de alguien, pero no será un adiós eterno, será corto...- dijo con mirada ausente, no sebía muy bien qué escribir

- Por supuesto, déjalo en mis manos- dijo mientras salía por la puerta de la habitación- me alegro de que me despertaras, Aleanor- cerró la puerta tras de sí

Caminó por los pasillos hacia su habitación, se unos cajones sacó unos sobres de tela y papeles junto con tinta enfrascada, por suerte no helada, y una pluma. De regreso a la habitación entró en la biblioteca para recoger un mapa del mundo, si viajarían, seguramente lo necesitarían.

Recorrió los pasillos hasta la puerta de la habitación, la abrió sin mucha prisa, caminó con paso lento hacia la mesa, en una esquina colocó los objetos, después retiró la bandeja dejándola encima de la colcha de la cama, para que pudiese escribir la carta necesitaría espacio.

- También te he traido un mapa, si quieres viajar, tendrás que establecer una ruta, ¿no crees?- dijo mientars se sentaba en la silla frente a la que ella estaba sentada

Le siguó con la mirada mientras salía de la estancia, suspalabras eran claras ''Me alegro de que me despertaras, Aleanor'' habría sido al romper el cristal o cuando tocó a aquel ágila helada... No quiso persarlo mucho más, abrió el diccionario y presiguió leyendo, entre la lectura de definiciones se sentó en una silla frente a la mesa.

En unos quince minutos cerró alegremente la tapadera del diccionario, ya había terminado su lectura, se sabía todas las palabras, en ese momento Andrev entraba por la puerta con los utensilios.

-Muchas gracias- le dijo cuando retiró la bandeja, mientras, ella cogió los papeles, abrió el frasco de tinta y mojó la pluma en ella

''También te he traido un mapa, si quieres viajar, tendrás que establecer una ruta, ¿no crees?- había dicho Andrev''

-Gracias una vez más- tenía razón, pero ella no sabía donde estaban, ni el nombre del lugar, solo conocía el camino por imágenes y así se lo contó- yo...- pensó durante un rato- Andrev, no recuerdo nada de mi pasado, por eso me he aprendido el diccionario, me tendrás que ayudar...solo conozco el camino por imágenes...-dijo triste- lo siento tanto...- dijo mientars miraba el mapa procurando memorizar los lugares- comprendo que no me quieras ayudar al conocer esto- dijo mientras comenzaba a escribir la carta, sonrió por unos cortos instantes, había recordado como poder escribir...

Miró a Aleanor con preocupación, no entendía cómo podría pensar esas cosas, no era muy normal encontrarse a una niña que no recordase su pasado, pero eso no era una excusa para huir, al contrario, aumentaba sus ganas de ayudarla.

-Deja de decir estupideces, no me importa si tienes toda tu piel tatuada o si no recuerdas un ápice de tu pasado, puede que para otros eso sea importante, pero para mí no lo es, tienes un corazón blanco, eres amable y solo buscas ayudar a la gente que te rodea - recogió el mapa y lo examinó tranquilamente- descríbeme el lugar al que tenemos que ir, seguramente tienes prisa por volver para encontrarte con ese alguien a quien tanto respeto le tienes- sonrió mientras dirigía su mirada hacia la ventana, había parado de chispear, para el lugar en el que se encontraban eso era como tener el cielo despejado y soleado.

Dejó la pluma sobre la mesa, y pensó rápidamente palabras cortas para describir el lugar.

- Es una lugar que está tan profundo que tiene como piscina de cocodrilos a la lava, es una estructura de metal que pende de un agujero enorme desde la superficie de la tierra hasta lo más profundo de ella- observó la mirada de Andrev- en el fondo de la estructura se encuentra ese alguien al que tengo que ayudar- torció la cabeza con curiosidad, preguntándose lo que pensaría Andrev- ¿conoces el lugar del que hablo?

Desplazó el dedo hacia el lugar descrito.

-Hablas de Nifleheim, una prision de maxima seguridad donde los seres de todas las razas juzagados por sus crímenes y encarcelados- miró inexpresibo el punto- dicen que esinexpugnable, un lugar del que jamas nadie ha podido escapar en vida. Está formado por plataformas subterraneas que llegan casi al mismisimo centro de la tierra. Según como me digiste en tu descripción, este es el lugar, y se encuentra al Oeste, en Lavia- se estiró y le enseñó el mapa marcando el destino- el problema es la lejanía, nosotros estamos aquí, en el Este, Avalon- señaló su posición con el otro dedo- si estás deacuerdo, no pararemos en ningún lugar donde se encuentre población, tienes que saber que cruzaremos de territorio licántropo, un lugar seguro si respetas a los clanes, a el territorio vampírico- le dejó el mapa a Aleanor y se cruzó de brazos- en ese territorio, somos presa, la comida, pero Nifleheim, es distinto, es de los humanos- la miró pensante- no se como entraremos, pero sí que llegaremos, buscaré provisiones, las necesitaremos- dijo mientars se encaminaba hacia la puerta- nos vemos en el patio por el que entraste

-Andrev, espera- dijo rápido antes de que cerrase la puerta- no cojas comida, será una carga inútil, confía en mí- terminó de decir cuando cerraba la puerta

Miró la carta, ocupaba una hoja entera, había esperado lo suficiente para que la tinta se secase. La alzó y leyó en alto, como si estubiese él en el lugar y ella le recitase cada palabra.

Querido Athrun:

Me voy a encontrar un pedazo de mi destino, pensando encontrar algo más por el camino. No es que no te esperase, pero he viste a un ángel que me ha recitado una poesía, que decía así:

Siete hermanos creó Dios,
en la nada los hizo iguales,
seis son enemigos mortales.
Uno mantiene el mundo,
otro vida te dió,
el otro está en el infierno,
acompañado por su hija
la muerte,
el otro viene del cielo,
y el otro no lo hemos visto.

De cosas que estando juntas
pelean hasta morir,
pero de todas precisamos
si deseamos vivir.

Si lo buscas,
lo encuentras,
pues carece de boca y come,
no tiene piernas y huye,
allí donde aparece
todo quema y destruye.

Búscame
yo te ordeno.

Después, le ví, no sé quien es, pero necesito ayudarle. Cuando desperté me encontré con una chica hermosa llena de paz, ella me dijo que siguiese mi corazón. Más tarde un chico llamado Andrev decidió ayudarme, él es el dueño de este castillo, dice que yo le he despertado, pero no sé mucho más. Todavía seguiré esperando encontrarte por el camino antes de salir de los dominios del castillo helado, para que nos acompañes.

Muchas gracias por el diccionario, ya comprendo muchas cosas gracias a tí, espero no haberte molestado con mi presencia.

Volveré.

Aleanor

Firmó con su nombre. La dobló con delicadeza e introdujo en el sobre. Colocó la carta encima del diccionario, en la cama. Recogió la bolsa que le había dado Andrev, introdujo su otro libro, que pronto comenzaría a leer ansiosamente. También introdujo el mapa. Se colgó la bolsa en la espalda, debajo de aquella capa tan hermosa.

Antes de cerrar la puerta dirigió una corta mirada hacia la carta, una pequeña flor había crecido por la pata de la cama, hasta posarse en encima de la carta, sonrió contenta. Corrió alegremente por los pasillos, bajando escaleras sin miedo, resbalando por los posa manos, jugando con los cuadraditos de piedra. Hasta que por fin llegó al patio, tan imponete como siempre se sentó en la fuente y esperó pacientemente.

Confió en las palabras de Aleanor, caminó por los pasillos hacia las cuadras. Entro en ellas por una pequeña puertecita. Caminó decidido hacia un portalón que se alzaba al frente, lo abrió de par en par sin mucho esfuerzo.

Retrocedió sobre sus pasos, sin detenerse agarró la cabezada, se paró frente a una cuadra, suspiró antes de abrirla. Allí estaba, en el suelo había un gran charco de agua, como había supuesto.

Lo preparó todo, apretando bien cada cuerda, anudó las bolsas bacías. Comprobó la daga bien afilada. Se agarró bien fuerte y subió sin problemas. Le acarició el cuello con mimo.

- Vámonos Ufer- le susurró cerca de las orejas

El caballo blanco como la misma nieve, trotó por las cuadras, rememorando los antiguos viajes con anelo.

-Reposa amigo, el viaje no será corto, ni lento- le dijo con tono relajante

El caballo relinchó en contestación a su amo mientras la luz lo iluminaba al salir al patio, donde Aleanor se encontraba sentada en la fuente. Le estiró la mano para ayudarla para que se sentase detrás sulla.

- Ufer viaja al son de las nubes, con él tadaremos la mitad de lo esperado, es...especial- le dijo a Aleanor, que fue olisqueada con aprobación por Ufer

Agarró fuertemente la mano de Andrev saltando detrás del amontura de Andrev, se sentó y se agarró a la cintura de su amigo.

- ¿Cual será nuestro primer camino?- preguntó a Andrev mientras admiraba el orizonte teñido de colores rojizos por el hermoso amanecer- estoy lista- anunció al comprobar que mantendría el equilibrio

- El único lugar en el que pararemos será a mitad de Ruhia, mañana pararemos en las llanuras cambiantes. No es un lugar por el que me agrade traspasar con prisa, como bien dice su nombre, de la noche al dia las llanuras cambian de estado, pasando de flores hermosas a bosques quemados- dijo mientras esperaba que Aleanor adquiriese el equilibrio suficiente

Cuando escuchó la afirmación espoleó al semental que emprendió una galopada por la nieve y el lago de hielo sin tropezar ni detenerse en ningún momento. En unos minutos ya habían salido del territorio del castillo helado. Se encaminaban hacia otro castillo cercano para Ufer, que quedaba de camino, pero que rodearían y cuando estubiesen lo suficientemente lejos del peligro de la reina del hielo, descansarían la noche.

-FIN-

Sonrió al notar la velocidad con cada tranco de galope, antes de dejar atrás el castillo lo miró por última vez, volvería, no dudaría. Sn pensar más en elló se centró en el viaje, tenía ganas de conocer las llanuras cambiantes, presentía que allí éstaría algo importante.

-FIN-